lunes, 5 de noviembre de 2012

El capitalismo y la ropa

El sistema económico capitalista se fundamenta en el consumo de los individuos, que da lugar a la obtención de beneficios por parte de las empresas. Las empresas de moda, como todas, han de crear la necesidad de consumir nuevos productos para obtener réditos.

Se me ocurren tres posibilidades para crear esta necesidad de consumir:

1. Lograr que la ropa que tenemos en nuestros armarios nos reporte menos que la que venden en las tiendas. Esta mejora de los atributos de los productos la tienen más fácil otro tipo de empresas, fundamentalmente las de nuevas tecnologías. Por ejemplo, la gente cambia de móvil casi anualmente porque cada modelo que sale reporta algo nuevo que les hace la vida más fácil, como una buena cámara de fotos, el whatsapp... En este caso el impulso del consumo vendría fundamentado en la obsolescencia tecnológica de los artículos antiguos.

Lograr este tipo de obsolescencia en la moda resulta difícil. Supondría innovar en tejidos o en diseños, cuestión muy difícil si tenemos en cuenta que las modas son cíclicas: lo que fue tendencia  hace 30 años puede perfectamente volver a serlo esta temporada. Aun así las empresas se encargan cada año de introducir pequeñas variantes, que se convierten en tendencia(por ejemplo, añadir tachuelas o cambiar el ancho de la pata del pantalón).Estas pequeñas variaciones hacen que la ropa se vea desfasada de un año a otro.

2.Convertir en moda cosas que hasta ahora eran ajenas a ella. En Blanco venden fundas con muñecos para distinguir las llaves, Zara hizo fundas para el iPhone... Se trata de no limitar la venta de moda a cubrir la necesidad de vestirse, sino que para ir a la moda los objetos e la vida diaria tengan que tener diseño.

3.Crear prendas efímeras, que se prevea que no resistan más que un par de temporadas. Si al primer tipo de obsolescencia le llamábamos tecnológica, ésta sería una obsolescencia programada y cuenta con el gran problema de que nos pasamos el día consumiendo y produciendo residuos.

La mayoría de la gente sólo nos podemos permitir comprar prendas de marcas como ZARA,  H&M o Mango que utilizan un modo de producción conocido como fast fashion ready to wear o easy to wear, que tiene la gran ventaja de ofrecer a un precio bajo lo que se lleva justo en ese momento gracias a la mejora de su cadena de producción y distribución. Sin embargo, cuenta con el gran inconveniente de que quien consume en este tipo de moda  no suele plantearse cuestiones tales como si los tejidos son ecológicos, si el bordado de esa camisa tan elaborado ha sido justamente pagado o qué será de esa camiseta amarilla fluor cuando el año que viene deje de llevarse

A mí me resulta imposible prescindir de marcas como H&M o ZARA pero a partir de ahora  pienso cambiar ciertos hábitos de consumo:

1.Investigaré nuevas firmas de moda sostenibles(y que me pueda permitir).¿Qué tal echarle un vistazo a la firma Veraluna? Una marca de ropa justa de Intermon Oxfam en colaboración con Hoss Intropia.

2.Buscaré en las tiendas a las que suelo ir su línea ecológica, como The Conscious Collection de H&M.

3.Me fijaré en la composición de los tejidos de las prendas. Hay algunos tejidos mucho más ecológicos que otros, son preferibles el algodón orgánico, la seda , el cashmere o el lino. También existen tejidos hechos con materiales reciclados como el poliéster fabricado con botellas de plástico reciclados.

4.Reflexionaré sobre si la prenda que me voy a comprar es realmente necesaria y qué será de ella cuando me deje de gustar. La ONG Humana calcula que cada español se desprende al año de 7 u 8 kilos de ropa de los que la mitad acaban en los vertederos.

5.Mezclaré la ropa nueva con la ropa de segunda mano. Como hemos dicho, las modas son cíclicas, así que con buen ojo podemos encontrar auténticas joyas en estas tiendas.

Estas son mis propuestas  para un consumo más responsable de moda, ¿se os ocurre alguna más?

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